La  menstruación es una huella vital de la mujer, como potencia y no como carencia. Todas nuestras manchas y toda nuestra sangre habita el m...



La  menstruación es una huella vital de la mujer, como potencia y no como carencia. Todas nuestras manchas y toda nuestra sangre habita el mundo. Todos somos vagina porque venimos de una. 

- Eva Tizzani













































































































El río se fuga hacia el tiempo, malva en su centro. Perla por perla se deshacen nuestras bestias, florecen en tu pecho. El...










El río se fuga hacia el tiempo,
malva en su centro.

Perla por perla
se deshacen nuestras bestias,
florecen en tu pecho.

El polvo nutre mi memoria:
regar en versos
violeta violeta
              azul.

Así es el hueso pulido
de nuestra jaula.

Riégame en versos,
malva deshabitada.

Así la vida y sus hilos.

Sol va apagándose en el concreto        esta luz era intangible , no me tocaba flores nacen desvariando círculos ...









Sol va apagándose en el concreto

       esta luz era intangible , no me tocaba

flores nacen desvariando círculos

Ahora

Me posee con lentitud y la dejo
                
         me traspasa

 Potencia del no-ahogo [des-arme]

      
Esta levedad


Cuando todo nunca acabe.

DÍA : DOMINGO | EVA TIZZANI Los domingos como todos los días amanezco con la ausencia de la levedad, escuchando mi eco en toda la c...




DÍA : DOMINGO | EVA TIZZANI


Los domingos como todos los días amanezco con la ausencia de la levedad, escuchando mi eco en toda la casa,
recordando que no hay confesionario ni hostia que puedan salvarme.
Tal vez nací un domingo, el más silencioso, el más solitario.
El domingo como atisbo de mi vida,  como presagio, herida o como costra. 

Domingo como día de resurrección y de muerte. Domingo para cuestionarme si Dios quiere que vivamos con un sentimiento de culpa perenne. 
Domingo para recordar a quien no me quiso.


Domingo. Domingo. Domingo. Siete veces por semana domingo.


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ULTIMO DÍA | LIWIN ACOSTA 


                                                          
                                                                                                          
                                                                                A Eva




El domingo es cuna de silencio y soledades
de los días anteriores,

ese día se te inunda la casa
y nadie se entera.

Para pasar del cuarto a la cocina,
te toca abrir un puente
entre la semana que termina
y la que apura su comienzo en las horas que vienen.

El domingo nos obligan a ir a misa,
a no tener nada que hacer,
a sentirnos más solos.

Ese día es perfecto para las visitas
pero a nuestra casa nunca viene nadie,
-es que vivimos muy lejos-.

El domingo es una farsa,
día de la desmemoria,
de los pasos lentos y el café frío.

Día de las deudas por pagar.

El domingo uno le teme a muchas cosas,
sobre todo

a que ese día no termine nunca.